1 de enero de 2011

Córdoba, con C de Cruce de Caminos (1-5)

 
(Para Patricia A. y compañeras/os de Interacciona/o)
“Hubo un tiempo en que yo rechazaba a mi prójimo si su religión no era la mía.
 Ahora mi corazón se ha convertido en receptáculo de todas las formas
 es pradera de las gacelas y claustro de los monjes cristianos,
 templo de ídolos y Kaaba de peregrinos, tablas de la Ley y pliegos del Corán.
Porque profeso la religión del Amor y voy a donde quiera que vaya su cabalgadura,
pues el amor es mi credo y mi fe”

Ibn’ Arabi (Murcia, 1165; Damasco 1240) Poeta, filósofo y científico
Córdoba es una de las más antiguas y fascinantes ciudades de Europa. Para mí, 
solamente igualada por Granada y Toledo. Este trío conforma el podio de ciudades que
más me han impresionado de éste mi país. Otras podrán ser más limpias, más bonitas,
 más ricas, más “modennas”… pero ninguna comparable a cualquiera de estas tres.
Córdoba, situada a orillas del Tharsis (para los griegos), Betis (para los romanos),  
al-wadi al-Kabir (Río Grande) para los musulmanes, y para nosotros, Guadalquivir.
Es una ciudad especial, diferente, difícil de explicar tanto lo que ves como lo que 
sientes como lo que imaginas que ha pasado por ese lugar privilegiado y admirado
por todas las civilizaciones por él han pasado: los fenicios y griegos que vinieron a
comerciar, los cartaginenses para seguir comerciando y quedarse unos años más
–se estaba tan a gustito-, los romanos para convertirla en capital de la Bética, los
visigodos –éstos no se para qué- que ocuparon su lugar hasta la llegada de los
ejércitos islámicos, hasta que Fernando el Santo la liberó de los infieles.Y, siempre,
en medio de todos ellos, con mayor o menor fortuna, los judíos, los judíos sefardies
 (los judíos españoles).
Me encantaría poder transmitir la décima parte de lo que sentí y lo que, al 
recordarlo, siento. Probablemente no lo consiga, pero prometo que lo intentaré.
Daniel (del hebreo, judío, “Dios es mi Juez”)
Echeverría (del vascuence, cristiano, “Casa nueva”)
Jadraque (del árabe, musúlman, “Campo grande” o Sadrat, Tratamiento honorífico )
¡¡Vamos p’al Sur¡¡
Salimos en coche de Pamplona, como novios, sin niñas (¿de qué hablaremos?), llegamos
a la estación de Atocha de Madrid, uno de los lugares más entretenidos y fascinantes
de la capi para elementos como yo que nos podemos sentar en una silla y pasarnos el
día viendo pasar gente e imaginarnos sus vidas. Pero un horror cuando llegas con el
tiempo justo y los bocinazos te recuerdan que hay un atasco del cual tu eres la razón
 y el protagonista por haberte colocado en el carril equivocado..
Tras limpiar con lejía la memoria de mi madre y mi abuela, vilmente mancillada 
por el verbo, tan fluido como poco depurado, de taxistas y conductores enfurecidos,
aparcamos el coche y corriendo llegamos al AVE que nos llevará a nuestro destino.
Después del sofoco, la comodidad de los asientos y la perspectiva de (menos de) dos
horas tranquilas para leer tranquilamente resulta algo maravilloso.
Sin darnos cuenta estamos en Córdoba y cogemos un taxi conducido por un chaval 
joven que tras estar de coña con el walkie-talkie con otro colega, se centra en nosotros
y, afortunadamente, en el tráfico. Nos cuenta que venimos en temporada baja (es lo
que tiene ir “por la cara” gracias a un premio de relatos), que lo que mola son Las
Cruces de Mayo, y las Fiesta de los Patios de Mayo y La Feria de Mayo… (¡¡volveré en
Mayo… .. pero para quedarme todo el mes!!). Nos recomienda –se lo agradezco porque
 eso indica que no nos trata como cuasi-abuelos- que vayamos a la discoteca donde
vienen todos los monologuistas de la “Paramoun” –que debe ser algún canal de la
tele…-. Y que si queremos nos dice un garito en su barrio donde otros humoristas que
están empezando a actúar y también son muy salaos y “te ponen unas gambitas…”.
Estoy por ir, tomarme dos finos, hacer el monólogo yo…
(y comerme las gambitas, claro).  
De camino al hotel, pasamos junto al nuevo Puente de Andalucía, de mi amigo y 
paisano Javier Manterola, gran ingeniero, puentista (con p) de fama mundial y
mejor persona. Los genios de verdad, como él, son realmente humildes (“la humildad
es la sólida base sobre la que trabajar el resto de virtudes”, Confucio). Tuve la suerte
y el honor de aprender y trabajar con él en los puentes que ha proyectado en
Navarra (Zizur, Rochapea, Estella, Puente la Reina,…). Me hace ilusión que haya sido
él el elegido para dar la réplica dos mil años después al formidable puente romano que,
 iluminado aparece ante nosotros según llegamos al hotel.
Un magnífico hotel (¡gracias jurado de Interacciona Planet¡), con unas magníficas 
vistas al río Guadalquivir, el puente romano y al casco viejo sobre el que resalta
espléndidamente iluminada la Mezquita de Córdoba (parece que el Arzobispado, ahora
que se han quedado sin Cajasur, como no tiene mejores cosas que hacer, anda tras la
idea de cambiarle el nombre por Catedral de Córdoba).
Salimos del hotel y dando un paseo pasamos junto a la torre de la Calahorra 
(Castillo Libre), edificación defensiva de origen árabe, para acercarnos a Córdoba,
como los artistas se acercan a la gala de los Oscar, por la mejor de las alfombras:
el puente romano. 

A medio camino de esta joya de la época de Julio Cesar han pegado una hornacina
con una imagen de San Rafael en la que hay un montón de velas que, debido a las
gotas de lluvia que empiezan a caer, a duras penas de mantienen iluminada la ilustre
figura. Justo enfrente otro pegote con las palabras ACISCLO VICTORIA –no sé que
significa, ni porqué está ahí, ni me interesa- feo como un demonio-.

Hablando de romanos…
¡AVE CÉSAR, LOS QUE VAN A MORIR TE SALUDAN¡  
Los romanos, tipos listos donde los hubiera, se encontraron un poblado turdetano, 
dentro de la órbita de Thartessos (la primera vez que vi oro a lo bestia fue cuando vi
la exposición “Los Tesoros de Thartessos” en Sevilla cuando cortejaba, incansable, a
mi actual mujer, que tuvo la brillante idea de irse a trabajar a Sevilla nada
más conocernos…), en la llamada Colina de los Quemados, actual Parque de Cruz
Conde, de nombre Córduba (“altozano junto al río”). Y pensaron “aquí nos quedamos
que hay de todo tan ricamente”.
El general romano afortunado de encontrarse este lugar se hacía llamar Claudio 
Marcelo y, respetando el poblado indígena, fundó una nueva ciudad romana
manteniendo el nombre y el poblado original con los que convivieron, dando el
primer ejemplo de buen rollito entre vecinos de diferentes culturas en esta ciudad. 
Como en la guerra civil entre Pompeyo y César apostaron al caballo perdedor y 
el premio fue ser rebanados a cuchillo los 20.000 desgraciados que habían apoyado
 a Pompeyo (fundador de Pompaelo, Pamplona, mi ciudad). El listo de siempre
–que entre romanos también los habría- diría “si ya te dije yo que apostáramos por
 César, que Pompeyo no valía para ná”. Demasiado tarde.
Cuando el César extendía su brazo y señalaba con el pulgar hacia abajo… 
…blanca y en botella.
Pero como César era implacable pero también sensible (en algún sitio, escondido,
tenía su corazoncito…) le gustó tanto el lugar que lo reconstruyó, mandó para allá a
uno de sus mejores generales, Augusto, la nombró Colonia Patricia y capital
de la Bética.
Cenita rica andalusí en “El Churrasco”   
Al final del puente y antes de entrar en las callejas que rodean la Medina, espectacular
con las luces de la noche, pasamos delante de una bodrio-escultura llamada el triunfo
de San Rafael –a quien, sin ánimo de ofender a los cordobeses y cordobesas de quien es
 su custodio, empiezo a coger manía-.
La “cosa” consiste en una especie de roquedal del que surgen animales y plantas que 
deben hacer referencia a Córdoba pero que en su conjunto, le hacen flaco favor –eso sí,
 está lleno de guiris haciéndose la foto de turno- y que culmina con un águila que
sostiene una cartela en la que se lee (yo ni con gafas) el juramento que, según la
tradición San Rafael del hizo al padre Roelas (que esa noche se debía haber pasado de
vinos) mediante el cual le manifestaba que había sido nombrado por Dios, Custodio
de Córdoba.
Me imagino al Padre Roelas preguntándole mientras a duras penas se mantenía 
derecho “¿yo, custodio?” y a San Rafael que con paciencia de santo, respondiéndole
“tu no, hombre, me ha nombrado a mí”).  
Recomendación del tío Rogelio, y recomendación mía para todo el que vaya a
Córdoba, “El churrasco”, un acierto: las “ortiguillas”, algas de mar rebozaditas,
exquisitas, como una croqueta de mar en la boca; el tartar de atún rojo de Cádiz
 con huevas de trucha, impresionante, sublime; la japuta (con perdón) y el resto de
frituras de pescado fresco, de saltarse las lágrimas; todo ello con un fino cordobés que
nos hacía ver la vida de color de rosas.
Yo, mientras, para que no digan que los hombres no sabemos hacer dos cosas a la vez, 
me enteraba de lo que habla la pareja americana de la mesa de al lado que a juzgar
por la botella y media que se habían pimplado, debían verla de color de dos rosas,
por lo menos.
El camarero que nos atiende habla en español con nosotros, en inglés con ellos, en 
portugués con los de al lado y en alemán con los de la esquina del fondo.

Im-prezionante.
Al decirle que somos de Pamplona, no puede contener la emoción mientras nos dice 
“!!pero zi, yo voy todo loh años a Eztella¡¡ ¡!A montejurra¡¡”. Resulta que es carlista…
de familia carlista de toda la vida… “pero no carlista de los rojillos”, puntualiza,
“carlista de los tradicionalistas” –como mi amona, abuela paterna, que vivía a 1000
 kilómetros de allí-. Y nos cuenta que cuando Expaña ganó el mundial en el balcón de
su casa pusieron la rojigualda y la carlista y alguno de los turistas les preguntaba
de qué país eran…
Animado por Ana –chica muy instruida en historia- le pica al buen hombre. Él entra 
al trapo como toro cordobés de ganadería carlista. Ana le hurga en la herida hablando de
la importancia de la Ley Sálica (que permitió, oh Dios mío, que nos reinara una mujer,
 Isabel II –y dio comienzo al carlismo que no era partidario de esto de las mujeres…-).
En dulce y divertida venganza, nos hace un resumen de doscientos años de historia del
carlismo mientras sigue sirviendo a cinco mesas, provoca otro debate con los portugueses
 de al lado a costa de la batalla de Aljubarrota (en la que ya, para siempre, dijimos
“Portugal, va a ser que no es español sino portugués para siempre”).
A la vez, un hombre con dotes de mujer pues hace dos y tres y cuatro cosas BIEN a la vez, 
nos cuenta tres o cuatro chistes y no se olvida de atender ni dejar de servir ni un solo
plato –casi, casi, como los camareros de Pamplona, que estando solos, llegas al bar, y,
 “como eres invisible”, antes de servirte limpian todos los vasos, pasan el paño por la
barra, se colocan la camisa y, ya, después, con algo parecido a una voz humana
gruñen que qué quieres…-.  
Y, para acabar la fiesta, nos cuenta una historia -reconozco que en ese momento no 
me la creí- por la cual, el famoso símbolo del dólar americano, una S cruzada con dos
barras verticales (ahora ya es sólo una –acentúo sólo para ver si la RAE me castiga…-)
procede del doblón español que llegó a América. Le escucho la historia pero no le doy
más vueltas hasta que, hoy, al escribir esto, busco el origen de la S con doble barra…
Y leo “El origen de este símbolo no está del todo claro, pero son muchos los que 
defienden que proviene del escudo de España. Cuando a finales del siglo XV, los
Reyes Católicos unifican los diversos reinos de España, colocan en su escudo las
Columnas de Hércules con la leyenda “Non plus ultra”
“El real de a ocho, acuñado desde mediados del siglo XVI fue, sin duda, la moneda más
internacional  que ha tenido España Respondía al modelo del táler, moneda gruesa de
plata acuñada en los países centroeuropeos desde finales del siglo XV. El peso de esta
pieza se equiparó en América al valor de un peso de oro, por lo que desde entonces
comenzó a llamarse peso…
 
… los holandeses se encargaron de distribuirlas por Gran Bretaña y por América del 
Norte hasta que emisiones nuevas la hicieron caer en el olvido. Cuando los primeros
trece estados americanos se independizaron, formando el germen de los futuros Estados
Juntitos de América, quisieron romper los lazos monetarios con la metrópoli y emitir
su propia moneda. Rebuscando en su historia retomaron el thaler centroeuropeo”.
O sea que el “pisha carlista” no andaba descaminado…. 
!!!!Córdoba, patriaaaa queridaaaaaa¡¡¡¡
Encantados por la cena, acurrucados y cubiertos bajo un paraguas desvencijado que
nos ha prestado la recepcionista del hotel y embriagados por las copas de fino, bajamos
haciendo alguna que otra S como las del dólar por la calle Torrijos (si acabara en “as”
haría honor a nuestro estado…).
A la izquierda, sobre el muro Este de la Mezquita, como puertas del cielo (entiendo que 
éste será el mismo para todos…) a cada cual más maravillosa, van apareciendo…
… la Puerta de la Leche (donde dejaban a los niños recién nacidos con la esperanza de 
que el Cabildo se hiciera cargo de ellos),

…la Puerta de los Deanes y la Puerta de los Visires (rebautizada de San Esteban) que 
te hipnotiza por la belleza de sus arcos de herradura, sus dovelas rojas y amarillas, sus
motivos vegetales y sus toques dorados…
 
 foto de http://www.artencordoba.com/ 
que solamente son el aperitivo para el manjar que suponen las tres últimas
la Puerta de Al Hakam II, 
la de la Paloma
la Puerta del Sabat (unos jóvenes tortolitos se protegen en ella de la lluvia), 
 
que si no fuera porque tienen quince o veinte metros de altura podrían ser joyas de 
orfebrería oriental para adornar el cuello de la más bella de las hijas del Califa…
… Ana, claro.
Pero, soñar, hoy sueño con Sherezade para que me siga contando otros de los mil y un 
cuentos… para eso soy, por esta noche, el sultán… (lo que hace el fino…).

1 comentario:

  1. Estimado Daniel, te escribo aquí porque no encontré tu correo de contacto. He visto que has publicado 2 fotos realizadas por mí, extraídas de ARTENCORDOBA.com. Sólo te pediría tres cosas:
    1. Redúcelas un poco de tamaño (si quieres te lo explico por correo).
    2. Cita mi portal cuando cuelgues algo nuesto por favor.
    3. Coloca un enlace permanente a nuestra web.

    Espero que entiendas y consideres justa la petición.

    Mi correo es webmaster@artencordoba.com

    Muchas gracias. Un saludo.

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