10 de octubre de 2010

Vacaciones en Holanda 1. DEN HAAG (II)

Volando a Holanda (4 de Agosto 2010): donde, 
tomamos tierra holandesa, nos introducen en sus costumbres, sus filias, sus fobias y tenemos nuestras primeras sorpresas agradables.
La maleta y el viaje
Media maleta para mí, cuatro para las tres chicas. Me
llevo conmigo tres libros: “Amares” y “Fútbol a sol y sombra” de Eduardo Galeano y “Hacia una Democracia Cosmopolita” de Daniele Archibugi. Los dos primeros para los tiempos muertos en trenes y tranvías, el tercero para las dos horas que suelen pasar entre mi despertar y el de Ana, Paula y María.
A Madrid en coche, a Amsterdam en avión, a la estación 
central de La Haya en tren y a Laan van Roos en Dorn
(calle de la rosa y las espinas, sugerente, no?) en tranvía.
David y Gabriela nos esperan con los brazos abiertos
(¿sería por las ricas viandas o sería la sentida alegría por el encuentro familiar?) y deseosos de enseñarnos la ciudad en la que viven desde hace ya unos años.
La primera sorpresa agradable
La Haya (Den Haag) es una de las primeras sorpresas 
agradables. Si hubiéramos hecho caso a la guía, le hubiéramos dedicado un rato del último día para únicamente ver Madurodam (una especie de parque temático en el que hay réplicas  a escala 1:25 –el edificio más alto es de mi altura- de edificios de relevancia histórica de toda Holanda), capricho de M.I Maduro en honor a su hijo que murió en el campo de concentración de Dachau en 1945).
Paseando por el centro histórico, única zona donde hay 
pequeños canales, vemos el Binnenhof, sede del Parlamento y antiguo pabellón de caza de los condes de Holanda, donde los holandeses celebraron con un gran festín el Decreto de Abandono por el que se independizaban de España. También pasamos por los edificios de las embajadas, el museo de Escher (ese que, con juegos de perspectivas, dibuja ríos e hileras de soldados que continuamente suben pero se vuelven a encontrar en un permanente e imposible subir) que apuntamos para verlo otro día.
Paseamos por Lange Vijverberg, boulevard contiguo al 
lago que lo separa del Binnehof donde hay una exposición de esculturas del valenciano David Muñoz compuesta por Meninas y Damas de Elche esquematizadas y presentadas en tamaño XXL. Desde el primer momento, nos parece una ciudad preciosa, llena de encanto, mucha vida, bulliciosa en la que se dan cita, personas de toda Europa con niveles adquisitivos significativamente altos a juzgar por las tiendas de ropa que, aunque no entiendo de eso, me dicen que son las mejores.
Calidad de vida y trabajo
Todo ello porque en La Haya el paro es 0% (en Holanda 
es del 1,5% y están asustadísimos), los sueldos altos, vacaciones larguísimas (42 días laborables) pero impuestos altísimos (42% donde en España sería el 30%) para David pero no para Gabriela (como cuasi-funcionaria de la Oficina de Patentes de la E.U., no paga impuestos y cuando tenga hijos, el colegio será “gratis et amore” –eso sí, para ese puesto tenía que hablar perfectamente inglés, alemán y francés y tener ganas de dejar su Valencia natal, paraíso donde los haya, y emigrar a lugares más fríos, requisitos que no todo el mundo cumple y elige). 
Desde el primer al último empleado cumplen 
escrupulosamente su horario: de 8,30 a 17,00 con media hora para comer un sándwich. El Director General de la multinacional con más de 15.000 empleados en que trabaja David sale y entra a la misma hora que David, ingeniero Junior, coincidiendo ambos en el tranvía de ida y vuelta a casa, estando mal visto –signo de mala organización e ineficiencia el quedarse más horas de las previstas-. Curioso, verdad? ¿A qué hora sale tu jefe? ¿Y tu? ¿y yo?
Me dice David que es gente muy discreta en sus 
manifestaciones externas, muy frugales en sus comidas y celebraciones, que fruto de su cultura calvinista son grandes ahorradores estando mal visto socialmente la ostentación. Lo cierto es que los descapotables y coches lujosos que pude ver eran conducidos por personas de origen hindú, árabe, hispano,… en definitiva, ellos no gastan lo que tienen mientras que en nuestras latitudes, gastamos lo que no tenemos. Aunque, como a lo bueno, todos nos acostumbramos, tantas vacaciones en nuestras soleadas costas los están echando e perder…
Otra “monarquía moderna”
Pasamos junto al Paleis Noordeinde, bonito edificio que 
ha pertenecido a los príncipes de Orange desde Guillermo V (1806) y en la actualidad es el lugar donde la reina Beatriz despacha sus funciones.
En la entrada cojo un folleto en el que glosa las objetivas 
y muy loables bondades de la susodicha: “En 1980, Beatriz sucede a su madre como reina. La Reina Beatriz tiene un estilo eficiente y pragmático de gobernar el país y muestra gran devoción por su deber y un gran conocimiento de los asuntos”. Aplico el consejo de un conocido, crítico de música, que dice que cuando lees algo así conviene eliminar los adjetivos. El texto queda así: “…La Reina Beatriz tiene un estilo de gobernar el país y muestra devoción por su deber y un conocimiento de los asuntos”. Parece más creíble, no?
En el mismo folleto dice que la holandesa es una monarquía
moderna -¡vaya¡ ¡como la nuestra¡-. Hace tiempo que trato de averiguar en qué consiste esto. ¿En qué el Rey es un tipo majete y campechano?, ¿En que el Príncipe se casa por amor con una plebeya ya sea periodista divorciada –España- o la hija de un general argentino co-responsable de miles de desaparecidos durante la dictadura argentina? ¿Qué ellas visten de marca, se sitúan en las listas de las más elegantes y ellos son altos, guapos –excluyo por razones obvias a Carlos de Inglaterra-, distinguidos y muy preparados en las mejores universidades del mundo?
Por mi parte, sigo pensando que “monarquía moderna” al 
igual que “guerra preventiva” (el esperado Obama en su discurso al recoger el Premio Nobel de la ¿Paz?), “inteligencia militar” (Groucho Marx), “integrismo democrático” (Loyola de Palacio), “labores humanitarias del ejército” (Carme Chacón, Ministra de Defensa), “caer hacia arriba” (dnl -es la primera que se me ha ocurrido pero da una buena y visual idea del concepto-),… son contradicciones de términos.
Un país (temporalmente) sin gobierno
Al pasar junto a este bello edificio al que, durante el 
Prinsjesdag o apertura solemne del Parlamento, la soberana es conducida desde aquí al Parlamento en una carroza (sugerencia: para modernizar un poco más la ya moderna monarquía: que utilice el medio de transporte más común entre sus súbditos: la bicicleta) vemos un montón de fotógrafos apiñados, vigilantes, con cámaras de fotos con teleobjetivos.
Como soy curioso a la par que cotilla (trato de no serlo pero 
es que me cuesta…) me acerco a preguntar la causa del revuelo no vaya a ser que nuestra Belén Esteban, princesa del pueblo, esté de visita privada con su homóloga la reina Beatriz, o Sara Montiel, aclamada por medio mundo, esté dando un concierto privado a sus 1972 años a los miembros y miembras (el corrector de MS-Word me da error, pero yo sé que es Bill Gates y no la Ministra Aido quien está equivocado) de la familia real.
Ante mi sorpresa y disgusto, los sufridos y pacientes 
reporteros me indican que a Belén y Sarita ni se les conoce ni se les espera y me informan de que la concentración de medios tiene que ver con que la Reina está reunida con miembros (son todos hombres) del recién dimitido gobierno de coalición. Parece que se han enterado de lo que cuesta la presencia de tropas holandesas en Afganistán y, claro, se han llevado un sofocón que ha hecho que uno de los partidos diga que, con la que está cayendo, mejor gastarlos en plantar más tulipanes, construir nuevos canales, pagarle el psicólogo a los jugadores de la selección de fútbol, ayudar a las empresas holandesas a conservar los empleos,… en definitiva, a otras cosas.
Durante el vuelo Madrid-Amsterdam he leído en “Hacia 
una Democracia Cosmopolita” que la última vez que el gobierno holandés dimitió fue en 2002 tras la publicación de varias filmaciones en las que se veían al Comandante en Jefe Tom Karrenmans y los 400 cascos azules holandeses de las Naciones Unidas destacados en Sbrenica en 1995 fumando un cigarro, bebiendo y charlando animadamente con el general serbio Mladic sobre las diferencias entre políticos y militares. En ese momento, en la ciudad, el ejército serbio se llevaba a todo musulmán que veía –cuya seguridad era responsabilidad de Karrenmans y sus cascos azules- y los llevaban al campo de concentración de Sarajevo de donde no volvieron a salir.
1 holandés, 1 religión; 2 holandeses, 2 religiones; 
3 holandeses, 1 cisma (Ramón Cañas)
Esta era una de esas frases que mi suegro cantaba de vez 
en cuando en tono bonachón cuando leía o veía alguna noticia referente a los países bajos. La verdad es que nunca le pregunté la razón, pero David me la explicó. Inicialmente estaba la religión católica (1 holandés, 1 religión). Posteriormente en el siglo XVI, vino Lutero y convenció a una parte de los holandeses (2 holandeses, 2 religiones). Poco después llegó Calvino que convenció una parte de la parte protestante y se produjo el cisma creándose dos facciones, la iglesia reformista holandesa y la iglesia calvinista (3 holandeses, 1 cisma). Curioso, verdad?
Lo que no preveía la cantata del buen Ramón era la presencia
de una cuarta religión, la islámica que hizo que buena parte de los holandeses, y de Europa en general, se lllevara un sofocón cuando en 2002 el popular y extravagante Pim Fortuim, con un programa racista y anti-musulmán consiguió ser el segundo partido más votado, éxito que no disfrutó al ser asesinado. Esto hubiera completado la fórmula de Ramón (4 holandeses, 1 buen lío) pero, afortunadamente, los holandeses y holandesas en 2006 volvieron a sus fueros y este partido quedó, como ocurrió en Francia con el Frente Nacional de Le Pen, como un partido menor.
Cierre, disculpas y propósito de enmienda…
Esta primera tarde intensa en información y sensaciones, 
acabó como no podía acabar mejor: con un arroz al horno hecho por Gabriela, valenciana de natura, brindando porque estas fueran unas magníficas vacaciones y preparando –por recomendación expresa de David- nuestra segunda parada: Utrecht.
Tengo la sensación de que esta primera entrega me ha 
salido un poco ácida y , a lo mejor, no concuerda con el espíritu positivo que deben contener estos Lunes con Sol. Esto me pasa por meterme en política, religión y fútbol, temas que ya me decía siempre mi madre que no hay que meterse.
Prometo más arte, gastronomía, anécdotas, curiosidades 
y otras hierbas nutritivas en siguientes entregas (y más concreción porque no hemos hecho más que aterrizar en Holanda y han salido unas cuantas páginas…)
dnl 

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