10 de octubre de 2010

Vacaciones en Holanda 4. Amasterdam (II)

huis van Anne Frank (en casa de Ana Frank)
El museo está a quince minutos. Y callejeando me voy 
acercando a Joordan, el antiguo barrio judío y una
de las zonas con los puentes más bonitos, las callejuelas
con más encanto, las casas más elegantes, los cafés y
terrazas más concurridos, las tiendas más simpáticas
 donde se venden todo tipo de artículos
–nosotros compramos unas huchas muy divertidas
para guardar las monedas de dos euros que nos lleguen-
 y las vistas más bellas de Amsterdam.
Ana Frank, la conocemos todos y seguro que muchos, y 
sobre todo muchas, hemos leído su diario. En él
cuenta, además de graciosas escenas de piques
con su hermana más obediente, sus pensamientos
 y los acontecimientos que tuvieron lugar entre
julio de 1942 y agosto de 1944. Debido al régimen
 anti judío establecido por Hitler, la familia
Frank intentó protegerse escondiéndose en la parte
de detrás del edificio donde tenía un almacén
el padre de Ana. Después se les unieron cuatro
personas más. Pero al cabo de algo más de dos años,
alguien los delató y fueron enviados a
campos de concentración a los que sólo sobrevivió
el padre de Ana, Otto Frank.
Me pongo a la fila. Antes de hora y media no llegaré 
a la entrada (y espero que para entonces las chicas
 hayan llegado –algo por lo que no apostaría
un florín-). Es una ocasión estupenda para
estar tranquilo leyendo aunque sea de pie un nuevo
 libro que compré ayer en La Haya (“Extraordinary
 Popular Delusions and the Madness of Crowds”,
de Charles Mackay publicado por primera vez en 1841).
 Es un libro muy divertido. He visto en www.casadellibro.com la versión castellana
 y otras famosas burbujas financieras, Ed. Bresca, 2009”.
Se ve que con la crisis mundial -que nosotros en España
 no hemos tenido porque teníamos unos bancos que
eran la envidia del mundo-, han rescatado este
libro que cuenta diferentes burbujas económicas,
engaños peculiares, profecías incumplidas y otros
dislates en los que cayeron las masas (nuestros
 tatarabuelos) hasta el siglo XIX y de los que, parece, no hemos aprendido.
Mientras estoy en la fila oigo que los de delante de 
mí hablan en catalán y sin traductor simultáneo ni nada
 (para que aprendan los andaluces Cháves y Montilla)
 nos ponemos a charlar de lo que han visto, de lo que
hemos visto, de dónde se alojan, de dónde nos
alojamos e intercambiamos recomendaciones de
visitas por Holanda. Como hora y media da para
 mucho, entre lectura y lectura, charlamos de cosas.
Tienen dos retoños. Una hija de trece y uno de diez.
Es la hija la que, cuando se entera de mi procedencia,
 me pregunta cándidamente “¿En Pamplona se habla
 el catalán?”. Antes de que yo pestañee, la madre toda roja,
 en catalán pero entendible, le pregunta si no sabe cuáles
son las cuatro provincias catalanas, le dice que el catalán
 se habla en Cataluña y en las Islas Baleares,…. 
Como era de prever, Ana, María y Paula llegan sobre la 
campana, cuando yo llegaba a la puerta de entrada. A
pesar de tener la sensación de que somos el visitante
número 4567 que deja 5 euros por adulto y 3 por menor,
 la visita impacta. Merece la pena. Seguro. La recomiendo.
 Es muy descriptiva. Por deseo expreso de Otto Frank,
nada morbosa. Es cierto que se hace incómoda si
vas con hijas de la edad de Paula y María porque
les impresiona. Yo trato de que no se queden con el
nombre de los malos (nazis) y los buenos (judíos).
Les trato de contra que esta historia se ha repetido,
se está repitiendo y, por desgracia, se puede volver a
repetir cambiando lo incluido en los paréntesis.
Trato, mucho tratar, de que vean que el origen está en 
el miedo a lo no conocido, que engendra odio; en
creernos superiores; en pensar que una frontera,
una bandera, una idea,…valen más que una vida. Les
trato de contar –aunque el “no te enrolles, papá”
ya ha sonado- que la única salida es conocernos,
aceptarnos en la diferencia y no obligar a que otros
piensen, sientan, crean y vivan como nosotros. Hace
rato que han desconectado. Algo les quedará.
Al salir, prueba de que el legado del Sr. Frank se 
cumple, hay un video en el que se trata del “problema”
 del uso de velos por las mujeres musulmanas en
Europa. El video, estamos en una casa-museo judía,
defiende el derecho de las mujeres musulmanas
a vestir de acuerdo a su religión o cultura. El
montaje te permite votar si estarías a favor o en
contra de que una compañera de colegio o una
compañera del trabajo vaya con velo.
Dejo mi voto. Automáticamente se actualiza el resultado
del día: 74,8% a favor de permitirlo, 25,2% en contra.
Una cita cierra el museo
“To build a future, you have to know the past”
(1967, Otto Frank)
De acuerdo, conocer el pasado ayuda a construir el futuro. 
Pero con una condición: Que no volvamos al pasado para buscar más razones para llevarnos mal con quien nos queremos llevar mal, sino para no cometer los mismos errores.
(Nacido en 1967, Dnl).
eet een panenkoken en Voldelpark Siesta 
(comenos unos panenkoken y siesta en VoldelPark)
Tras la visita, que nos deja a todos impactados y pensativos, 
volvemos de golpe al barullo callejero de peatones, bicis
y tranvías que junto a los coches dibujan un tresbolillo
 imposible. Cuatro datos: Amsterdam tiene 750.000 habitantes, 700.000 ciclistas; cada año, alrededor de 80.000 son robadas y 25.000 acaban en los canales de la ciudad. Curioso.
Buscamos un lugar tranquilo donde nos comemos unos panenkoken.
El mío de pollo con curry y salsa picante que me acompañarán y castigarán durante las siguientes veinticuatro horas. Con lo rica que está la borrajica con patatas.
Tras pasar por LeidenPlatz, donde se concentran todos los mimos, 
equilibristas, hip-hoperos bailarines en busca de unos dinerillos, nos dirigimos a dar un paseo muy agradable por el Voldel park, donde, como en mi añorado Parque del Retiro de Madrid, los nativos van a pasear, tumbarse a tomar el sol, sentarse en las terrazas que crecen como setas en primavera con el primer rayo de sol, donde se ven patinadores, gente escuchando música o tocando Jazz en el césped, familias haciendo barbacoas, actuaciones de teatro en vivo,…. En fin, de todo un poco. La verdad es que es un parque ideal para relajarse y ir reposando lo visto, oído y sentido de esta arrolladora ciudad. Recomendado.
Nos tumbamos en la hierba y nos quedamos ligeramente traspuestos, 
a gustito, dejando que el sol, que parece que ha decidido pasar la tarde con nosotros, nos caliente. Pero, no, esto no es Marbella. Una hora después, se acercan unos negros nubarrones dignos del mejor paisaje de Rembrandt y nos toca correr hasta buscar un refugio.
Spanje, greatest hits (España, grandes éxitos)

Esperando que deje de llover entramos en una tienda de vinilos
(discos de los de antes, vamos) donde al fondo de la planta de arriba, veo la sección de música portuguesa y española. Entre fados de Maria da GraÇa (personaje que, alguna vez, contaré porque es otra de esas mujeres con un par de bemoles) encuentro… no me lo puedo creer, ¡!!Lo mejor, de lo mejor, de la música española¡¡¡
Empezando por “Lo mejor de Maria Ostiz”, año 80 del siglo pasado 
(dicho así…) con “Canta Cigarra, “Un pueblo es”, … Nuestra Navarra universal, ganadora del Festival de la OTI (sin “S”), bastión de los valores tradicionales navarros (doblemente tradicionales por tanto), con esa chaqueta beige, y esa falda de cuadros beiges y marrones, y esa guitarra casi beige, y al fondo un bosque otoñal de color… …¡marrón y beige!. María Ostiz, casada con un gran jugador navarro de fútbol, del Real Madrid: Zoco. Para los más jóvenes es un pacharán ¡ya lo sé¡ Para los que nos nacimos en el 67 y nos llamamos Daniel porque se puso de moda al ser el nombre elegido por Pirri, compañero de Zoco en el Madrid, para su primogénito, era un jugador alto, espigado, rubio y guapetón-.
Siguiendo con “Como el rocío” de Maritrini, no la del vermouth, 
sino una mujer como la copa de un pino que, quizás por un exceso de celo feminista, siempre vestía de negro para protestar porque la mujer para triunfar en el espectáculo tenía que “enseñar carne”. Ella reivindicaba que se le conociera por su voz y sus letras, que quien la viera y escuchara se quedara con la poesía y música de sus canciones, no con otras cosas-.
Continuando por Los Sabandeños, grupo canario con el que bailaban 
nuestros padres en las verbenas y bodas mientras nosotros (ellas no, bailaban entre ellas) nos sentábamos aburridos hurgándonos la nariz. Me acuerdo del revisor de CuraÇao y compruebo efectivamente que entre los instrumentos que toca el grupo está el timple canario. Me acuerdo del negrazo revisor papiamento-parlante. ¡Qué majete¡
Pero lo mejor está por llegar, ¡¡Peret!! y el LP “El borriquito” –
“el borriquito como tú, tururú, que no sabe ni la ú, tu r urú”. LPs, porque luego estaban los “singels” con su cara A y su cara B (los más jóvenes que consulten wikipedia –invisibles pero documentados- o busquen en youtube por si alguno de estos términos le suena al Jurásico). Y me trae a la memoria cuando el Festival de Eurovisión era el Festival de Eurovisión y nos sentábamos toda la familia y puntuábamos las canciones de los diferentes países. Peret participó en el 74 con “Canta y sé Feliz” –“Canta, alegría de vivir, canta, para disfrutar, canta, canta y sé feliz¡-. ¡¡¡Pedazo temazo¡¡¡ ¡Pienso en él y las manos se me van del teclado para dar palmadas y un zapateado de aupa¡¡ Quedó noveno pero ganar, lo que se dice ganar, lo tenía complicado. ¿Sabéis quien ganó? ¡Abba, con “Waterloo”! –curiosa casualidad que estemos ahora bailándola en la voz de Meryl Streep, como protagonista de Mamma Mia, treinta y tantos años después.
Pero esta tienda, tenía guardada todavía otra sorpresa, la más 
grande, la que pensaba que ya nunca iba a ocurrir, la que me acerca un poquito más al pueblo holandés. ¡Siiiiiií! ¿Saaaaaaaaaaaaaara Montiel!!! y su gran LP “La Violetera” que grabó a sus 1946 años, después de volver de Jólibud tras grabar grandes películas con Clar Geibol, Charlon Geston,… y tras cantar en el Madison and Scuar and Garden de Niu Yor¡¡¡¡. Esto me deja ya agotado. Demasiado para un solo día.
diner in een Japans restaurant (cena en un 
restaurante japonés)
Paseo rápido hasta Amsterdam Central, tren hasta Den 
Haag Centraal, tranvía hasta Laan van Roos en Dorn y paseo hasta SUMO, restaurante japonés, con buffet libre pero organizado de una manera peculiar, que tiene su gracia.
Los comensales pagan una cantidad por persona y pueden 
comer todo lo que quieran pero de la siguiente manera: te reparten una hoja con todos los platos y cinco columnas para marcar; de entre ellos se elije en una primera tanda los que se desean; al rato llega el camarero y, por cada plato no comido, añade un euro al precio; y se vuelve a pedir otra tanda que de igual manera. Así hasta 6 veces (sino has reventado antes).
Fue muy divertido y cómodo (no es un buffet en el que te 
tienes que levantar si no una carta que puedes pedir en varias veces). Paula y María estaban encantadas y nosotros también porque el lugar era precioso, en la parte más bonita de La Haya, con un diseño cuidadísimo, la comida exquisita, la atención inmejorable (quizás esté mal acostumbrado a los gruñidos del camarero o camarera de Pamplona y el listón lo tenga bajo), la cerveza japonesa abundante, fresca y riquísima. ¿qué mas se puede pedir? Que no sea caro: 22 euros por persona. No está nada mal.
Tulip Hubble (la burbuja del tulipán)
Antes de acostarme ojeo la parte del libro de Mackay que
habla de la Tulipomania. Y me entero de que el tulipán vino de Constantinopla en el siglo XVI, que su nombre -turbante en turco- lo debe al parecido con él, que pronto alcanzó enorme popularidad y, que el interés por esta flor (más bien por los intereses que daba) arraigó muy especialmente en Holanda, donde por 1650 se convirtió en una especie de locura llamada posteriormente Tulipomania.
La demanda del tulipán como artículo de lujo para las 
mansiones de las mejores familias de toda Europa disparó su precio. Quien compraba un bulbo por unos pocos florines, lo vendía multiplicado por diez en cuestión de semanas.
Ricos (con sus sobrantes) y pobres (vendiendo en ocasiones 
sus casas) se apuntaron al chollo hasta que ¡¡ploff!! el globo explotó, y el rico quedó menos rico, el pobre quedó sin casa y, cómo no, hubo un puñado de listos (básicamente ricos) que vendieron justo antes de la caída del precio.
Hagamos un ejercicio, cambiemos “tulipán” por “casa” y 
XVI por XXI. ¿Nos suena, verdad? Con los mismos personajes y todo.
Mañana hacemos maletas y vamos para los países más bajos 
de entre los bajos, Belgica.
Buenas noches¡
dnl

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me encantaría leer tu opinión